Libros

Me tengo harta (2016)
“...contemplar una zapatilla colgada de un cable de luz y convertirla en pájaro…”
Hay un tedio y tenemos el derecho de aburrirnos de ello querida Jacqui. Aburrirnos es como decirle basta, ponerle límite poético a ese binario mundo, gris mundo, triste mundo, violento mundo, trazar la línea que nos separe de eso, crear palabras que nos hagan anticuerpo sagrado. Por eso cuesta escribir “lindo” porque le insistimos a las palomas, poeta, les hacemos el guiño desde estos deliciosos fracasos que somos, para jugar con ellas, para sentirnos hermanas de ellas y en eso radica nuestra inmensa fuerza finalmente, poética fuerza.
Estas gatas que somos, fracasadas, en las cornisas, heridas de aburrimiento, de toda esta humanidad que nos mete la dura tarea de maullar a la luna, de enamorarnos románticas, cuando le estamos mirando la yugular hace siglos, y todavía no avanzamos en ese arañazo, porque nos aburre hasta como morirán, de tedio, obviamente, pero sobre todo de no entender nunca nada... Por eso preferimos insistirles a las palomas, queremos ser su mundo, jugar con ellas, aunque toda la biología insista que nos alimentan, que nos alimentan...
Susy Shock.

Fotofobia (2018)
Aquí hay poemas y reparten sed, aquí hay poemas y reparten frazadas, aquí hay poemas y reparten caricias, garras y desgarros a quien corresponda, versos nacidos de tinta y sangre; de respiración azorada por este mundo, entrecortada, búfala. Aquí hay poemas que quieren mojar el desierto de los corazones donde haga falta, bañar las heridas sucias y no dejar solxs a los seres intensos, a lxs suicidas, a las palpitantes, todo esto porque la poeta no puede evitar andar con el ansia lamiendo el mundo que vendrá y con el inevitable clamor de moler éste a versos, a portazos, a susurros. Paso a paso. Calle a calle. Beso a beso. Y dibujar “una puerta mágica…”que sólo una mujer “exagerada”, o sea una poeta que anda la vida a pelo y el corazón sin peinar, puede crear para “contagiar este amor”. Estoy contagiada, contenta, convulsionada y les invito con placer a dejarse inocular por la bella luminosidad ardida de Jacqui Casais. El mundo dejará de estar tan solo.
Daniela Andújar

Cautiverio (2022)
Si hubiera que seleccionar estrofas o versos de este largo poema que es Cautiverio, todo el texto podría ser seleccionado. También, en el sentido de elegido. No tanto, o también, porque el libro encierra pensamientos que son sentimientos, en una amalgama disruptiva, sino por la belleza en la forma de expresarlos. ¿Qué es el amor? ¿Qué son las especies, los géneros? ¿Qué, la domesticación? Entonces, la selección, la elección, puede ser arbitraria. El desafío: cerrar los ojos y apuntar con el dedo algún verso, alguna estrofa de este nuevo libro de Jacqui Casais.
¿Se puede aprehender el amor? ¿Se puede aprender del amor? La civilizada barbarie sarmientina juega la rayuela en un texto donde la puntuación salta en un desequilibrio no azaroso: jugado. Sarmientino también en el sentido de enseñar: Cautiverio como un texto que enseña, en tanto abre más y más preguntas y así se vuelve infinito, cinta de moebius, universo.
Por Gabriela Saidon

Martirio Hammer (2020)
Con 2020 como el año cero de esta asfixiante distopía patriarcal, post exterminio feminista, y utilizando una voz neomasculina que nos relata su enajenada cotidianidad como habitante de un país que ha sido militarizado y en el que el internet ha sido prohibido gracias a una extrema ley de ciberseguridad, vetando el acceso a todo tipo de información previa al año 2020, iremos al encuentro de Martirio Hammer. ¿Heroína o antiheroína? ¿mito o realidad? ¿invención mediática o respuesta radical natural? cada lectora y lector lo decidirá. En esta ficción cyber punk feminista de profundo hiperfeismo, Casais nos entrega, como suele hacerlo la mejor literatura distópica, agudos cuestionamientos y aterradoras reflexiones sobre el presente y el no futuro. Una de ellas, acerca del destino de la sociedad patriarcal donde el control social mediante la violencia y el no acceso a la información y a la tecnología resultarán decisivas para las próximas generaciones y su sobrevivencia. Reflexiones y advertencias que en una lectura atenta y suspicaz pueden operar como una alerta enviada desde ese revelador territorio que es la literatura de ficción no ficción. No es casual que en esta década surjan voces como la de Jacqui Casais escribiendo ficción sobre una realidad que acecha constantemente y visibilizando prácticas presentes en todos los ámbitos de nuestras vidas. Esto ya no es un atrevimiento, es casi una obligación, pero al mismo tiempo sigue siendo un atrevimiento en tanto se continúe normalizando, perfeccionando y garantizando la violencia patriarcal.
Rossana Montalbán Marambio Junio de 2020. Santiago, Chile.

El primer silencio también es una oda a la improductividad, algo que su autora toma del espíritu del haiku a modo de homenaje, de ese aquí y ahora propio de la actitud de contemplación como vía de escape a la permanente productividad y auto-explotación contemporánea: “Necesitaba ponerle el cuerpo a la poesía, físicamente tocar otras cosas, desde lo olfativo, desde lo auditivo, con todos los sentidos yo necesitaba información para encontrarme a mí como especie, aparte de como poeta”. Alejandro Dramis, Página 12, Suplemento Soy